Ave Maria, Eva y la memoria colectiva
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La maternidad divina versus la maternidad humana

“Mary, the spotless Mother of Christ, the Mother of the Church and, therefore, the Mother of the Redeemed […], the new Eve, mother of our supernatural lives, cause of joy, even as the first Eve was the mother of our natural life and source of our sorrow, the haunting sense of the collective guilt in the family.” - Cardinal John Wright (Mary, Our Hope)

El ejemplo XLIII del Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio sigue la trayectoria establecida en el texto de Berceo y otros autores medievales en cuanto a la oposición fundamental y moral entre María y Eva. Sin embargo, en vez de comparar a las dos mujeres bíblicas, refiere a la mujer ordinaria (o casi ordinaria, como vemos en el  cuento), y la elección que tiene el ser humano en cuanto al modelo femenino que elige valorar. Lo interesante de este cuento para el presente estudio es su preocupación con el cuerpo de la mujer y la sexualidad, y la importancia cedida a la maternidad como aspecto esencial de la identidad femenina. 

El Libro  del Conde Lucanor, como los textos de Berceo, es un texto didáctico. Contiene una serie de cincuenta y uno ejemplos, que, por su función didáctica se construyeron con varias herramientas para ayudar la memoria humana a captar sus lecciones.  Cada  texto tiene la misma estructura, para que, después de pocos ejemplos el lector esté familiarizado con el formato, y por lo tanto, pueda procesar los demás ejemplos con mayor eficacia. Don Juan Manuel utiliza las técnicas de la repetición, la sencillez, y la alegoría, entre otras, para facilitar la memoria. Cada ejemplo trata dos situaciones similares para mostrar el buen camino, y cada ejemplo incluye un dístico sencillo al final para resumir fácilmente el mensaje del cuento. Sin embargo, por su misma función didáctica, los textos de Don Manuel son un poco reduccionistas, para no ofuscar sus mensajes fundamentales. Aunque logran transmitir una fuerte posición ideológica, muchas veces no aproximan a una fiel o realista representación de la realidad, como muestra el ejemplo XLIII.

En el ejemplo XLIII, Don Juan Manuel personifica el Mal y el BIen, y éstos dos viven juntos en una casa (la cual se supone representa el ser humano). Durante su convivencia, el Mal ingenia varios trucos deshonestos que dejan al Bien en un estado de desventaja. En algún momento, escribe Juan Manuel, "dijo el Mal al Bien que deberían buscar una mujer para que los sirviera y llevara siempre limpios, cosa que agradó mucho al Bien. Cuando ya encontraron a la mujer, dijo el Mal que de la cintura para arriba sería para el Bien y de la cintura para abajo sería para él. El Bien aceptó este reparto, por lo que su parte hacía todo lo necesario en la casa y la parte perteneciente al Mal estaba casada con él y tenía que dormir con su marido" (ejemplo XLIII). El Mal y la parte 'inferior'/de abajo de la mujer conciben un niño. Sin embargo, al nacer el hijo, el Bien se niega a dejar que ‘su’ parte de la mujer, la parte ‘superior’/de arriba, alimente al bebe con su leche, “porque la leche pertenecía a él y no estaba dispuesta a malgastarla.”  Para recibir el consentimiento del Bien para conseguir la leche materna para su hijo, el Mal tiene que proclamar públicamente su derrota frente a la bondad y buenas obras del Bien, o sea, como dice María Verónica Serra, “el Mal debe arrepentirse de los pecados y prometer no volver a cometerlos”  (Serra).La moraleja del cuento queda resumida en el siguiente dístico: 
Porque el Bien con sus armas siempre vence al Mal,
sabed que al hombre malo nadie debe ayudar.
Aunque las breves anécdotas en el ejemplo ilustran muy claramente la moraleja principal del ejemplo, en el proceso, también expresan recomendaciones sutiles para el comportamiento de la mujer específicamente, además de complicar las cuestiones de la maternidad y lo femenino a través del reduccionismo del texto.   

Según Serra, “[Don Juan Manuel] divide a sus personajes femeninos en dos grandes grupos: Las Evas y las Marías. En el primero, muestra las características que la mujer tiene y no debe poseer; en el segundo, presenta a la mujer modelo” (Serra). El ejemplo XLIII es único en que, entre los pocos ejemplos en que figuran mujeres, es el único que presenta las características de la mujer-Eva y las de la mujer-María dentro del mismo personaje. De esta manera alude al hecho de que cada mujer individual tiene algo de María y algo de Eva adentro. 
Por “pertenecer”  al Mal, la parte de abajo de la mujer automáticamente se asocia en la mente con el pecado. Esto refuerza la idea negativa de la sexualidad (femenina).Dice Serra,
     Para los hombres medievales, desde el punto de vista físico y sexual, la mujer era naturalmente Eva. Cimentado en el desconocimiento
     del cuerpo y de la sexualidad femenina, el filtro masculino entendía a la mujer como incitadora al pecado y la corrupción.
     El desconocimiento anatómico y fisiológico del cuerpo de las mujeres originó un cuestionamiento moral y ético.
     Eva por naturaleza, en lo que respecta a su sexualidad, la mujer debía transformarse en María, seguir esa imagen que el hombre imponía
     en su imaginario. De este modo, la castidad femenina se volvió indispensable para el mantenimiento de la honra de la familia. (Serra)
La idea de que hay una parte "mala" de la mujer que debe dar la luz a un niño, pero que hay otra parte buena que debe alimentarlo tanto físicamente como moralmente queda muy clara en el ejemplo XLIII de Don Manuel, y también paralela la idea mariana-medieval de que, aunque Eva da al mundo la vida física, La Virgen María es la verdadera madre de la humanidad, ya que por ella se realiza la vida espiritual. Sin embargo, el retrato de la mujer y su trato a manos del Bien y el Mal revelan unos comentarios problemáticos con respecto a la maternidad, el cuerpo de la mujer y la sexualidad femenina, la autonomía de la mujer y su papel en la sociedad, especialmente desde la perspectiva del feminismo contemporáneo. 
 
¿Por qué la mujer no tiene control sobre su propio cuerpo, ni siquiera para amamantar a su propio hijo? ¿Tiene otro rol social la mujer, además de ser madre y cuidar la casa? ¿Por qué la sexualidad se ve de manera tan negativa, aunque cada mujer, a menos que sea la Virgen María o su madre, Ana, se la necesita para concebir a un hijo? ¿Por qué hay parte de la mujer que se considera inferior, aunque es tan necesaria como todos sus otros atributos para realizar su función de madre y mujer?A todas las preguntas anteriormente mencionadas, la Iglesia tenía una respuesta durante la Edad Media que aceptaron la mayoría de las personas en esa época. Hoy día, la mayoría de estas ideas se han quedado anulado, o por lo menos, mitigado de alguna forma. Sin embargo, hay otro grupo de preguntas que siguen siendo polémica incluso en la contemporaneidad; estas preguntas rodean la condición de la maternidad.
¿Qué significa, realmente, ser madre? ¿Qué significa dar vida? ¿Cómo debe/puede realizar su rol de madre la mujer? ¿Cuál es la importancia del cuerpo para la maternidad?  ¿Tiene la mujer el derecho de eligir si quiere ser madre o no? 
Las preguntas que planteo aquí no han sido resueltas a través de miles de anos, así que, tampoco propongo resolverlas totalmente aquí. Sin embargo, parece válido reformular por lo menos algunos aspectos de los ideales medievales de la maternidad, de acuerdo con los cambios y adiciones a la memoria colectiva de la sociedad contemporánea, y también, desde un análisis más profundo de los mismos textos antiguos.
Sí es lógico que dar la luz a un niño no es lo mismo que criarlo –, es cierto que un niño después de nacer necesita ser nutrido, tanto físicamente, con la leche de una mujer, como espiritualmente y psicológicamente. También es cierto que parir es un acto involuntario para una mujer encinta al final de su embarazo, mientras que hay que tener un sentido suficiente de bondad, responsabilidad, y amor para elegir criar el niño en todos los respectos necesarios. En cuanto a este aspecto de la maternidad, el ejemplo de Patronio en el libro de Don Juan Manuel era muy acertado.

Sin embargo, no se puede negar el rol crucial de la sexualidad y el cuerpo femenino en la maternidad. La madre de Dios concibió sin conocer al hombre, sin embargo, para la mujer ordinaria, esto no es una opción. Además, incluso la Virgen María experimentó un embarazo físico – alojando, protegiendo, y nutriendo a Jesús en el útero, y después experimentó el parto, en el cual la vagina era central.  El niño Jesús nació con un cordón umbilical que lo unía físicamente al cuerpo de su madre. Sin estas condiciones, no puede nacer un niño (a menos que, como a la Virgen, le haya llegado a la mujer el toque de la divinidad). Es verdad que el hombre es más que su mero cuerpo, sin embargo, tampoco puede ser hombre sin el cuerpo.

 Aunque muchos de los niños hoy día si se educan dentro de la tradición cristiana, y por lo tanto, tienen en la memoria algunas de las mismas imágenes medievales, estos niños modernos también han podido absorber en la memoria impresionable la idea de que hay muchos roles que la mujer desempeña en la sociedad, además de la de ser madre.  

En la sociedad contemporánea, también se ve, se lee, y se escucha a menudo que hay muchos modelos de ser madre, incluso los de María y Eva.
Dorothee Sölle, una académica contemporánea, escribe su propia re-interpretación de la historia de la Creación y La Caída de la siguiente manera:

Eve was conceived at the creation as the mother of all living, not the "vessel of sin' that the church fathers made her to be. 

Christianity brings Eve and Mary together, one being complemented by the other. The injustice done to Eve it has tried to compensate through Mary. Some women bear the name of "Eva-Marie," possibly to remind us that the desire to learn and the wish to be an independent human being do not destroy the capacity to transcend the self. We do not have to choose between Mary, the gentle maiden, and Eve, the woman who refuses to accept any limits. We are able to include characteristics of both women in our consciousness.
 

 - (Great Women of the BIble in Art and Literature)

Julia Kristeva y los Padres de la Iglesia sobre la maternidad humana y la maternidad divina 
First, what is it about the representation of the Maternal in general, and about the Christian or virginal representation in particular, that enables it not only to calm social anxiety and supply what the male lacks, but also to satisfy a woman, in such a way of the community of the sexes is established beyond, and in spite of, their flagrant incompatibility and permanent state of war? Second, what is it about this representation that fails to take account of what a woman might say or want of the Maternal, so that when today women make their voices heard, the issues of conception and maternity are a major focus of discontent? 
- Julia Kristeva (Stabat Mater)
San Augustín escribió: 

It was not the visible sun that made this day holy for us, but the sun's invisible Creator, when the Virgin Mother brought to light, out of her fruitful womb and virginal body, the Creator made visible for us, the same invisible God who had also created the Virgin. Virgin in conceiving, virgin in giving birth, virgin with child, virgin mother, virgin forever. 'Why do you marvel at this, O man? God had to be born in this way, when he deigned to become man. Thus did he make her, who was made by her. (citado en Gambero 220)

Venancio Fortunato escribió: 

O remarkable Virgin, our only remedy,
Whom God filled with the wealth of the world.
You merited to hold your Maker in your womb
And give birth to God, conceiving in faith.
By this new birth, you will wash the world from sin
And by your sacred offspring, you will give birth to God.
The Son you bore, O Virgin Mary,
Cured what Eve bore: the human race's woes (119-26). (Gambero 361)

Spotless Mary offers her womb to serve God, her child;
And she feeds the Bread of Heaven with her milk. (Gambero 363)
Estos versos alaban a la Virgen como madre de Dios y madre de los miembros de la Iglesia, y la presentan como el modelo sobresaliente de la maternidad. En su ensayo titulado Stabat Mater, sin embargo, Julia Kristeva mantiene que, la Virgen, como la fusión de la mujer deseada y la mujer santificada en una sola persona, se presenta como un ser femenino quien es perfecto, pero también es inaccesible e inalcanzable para las mujeres ordinarias (141). Dice que esta ideal de la mujer-madre es "enough to make any woman suffer and any man dream" (141). Con respecto a la sexualidad femenina, Kristeva enjuicia que, 
  •  Of  the  virginal  body  we  are  entitled  only to  the  ear,  the  tears,  and the  breasts.  That  the  female  sexual  organ  has  been  transformed    into an  innocent  shell  which  serves  only to  receive  sound  may  ultimately contribute  to  an  eroticization  of  hearing and  the  voice,  not  to say of  understanding.  But  by the  same  token  sexuality is  reduced  to  a mere implication.  The  female  sexual  experience is therefore  anchored in  the  universality  of  sound,  since  the spirit is  equally  given to  all men,  to  all women.  A woman has only two  choices:  either  to experience  herself  in  sex  hyperabstractly  (in  an  "immediately  universal" way, as  Hegel  would say) so  as  to  make  herself  worthy  of  divine grace and  assimilation  to  the symbolic  order,  or  else  to experience herself  as  different,  other,  fallen (or, in  Hegel's terms  again,  "immediately  particular"). (142)
Stabat Mater refuta las afirmaciones reduccionistas de Don Juan Manuel y los Padres de la Iglesia por presentar la experiencia de la maternidad femenina como mucho más sensorial y corporal que espiritual o intelectual. Compara la experiencia de ser madre a la de ser artista. De hecho, divide a su trabajo entre una parte más académica-cogitativa y otra más abstracta-emotiva. Aquí están algunas selecciones de las dos voces que usan:
DE LA PARTE EMOTIVA 

My body is no longer mine, it writhes, suffers, bleeds, catches cold, bites, slavers, coughs, breaks out in a rash, and laughs. Yet when his, my son’s joy returns, his smile cleanses only my eyes. But suffering, his suffering – that I feel inside ; that never remains separate or alien but embraces me at once without a moment’s respite. (138)

One does not bear children in pain, it’s pain that one bears: the child is pain’s representative and once delivered, moves in for good. […] But a mother is also marked by pain, she succumbs to it. (138)

The smell of milk, dew-drenched greenery, sour and clear, a memory of wind, of air, of seaweed (as if a body lived without waste): it glides under my skin, not stopping at the mouth or nose but caressing my veins, and stripping the skin from the bones fills me like a balloon full of ozone and I plant my feet firmly on the ground  in order to carry him, safe, stable, unuprootable, while he dances in my neck, floats with my hair, looks right and left for a soft shoulder, “slips on the breast, swingles, silver vivid blossom of my belly” and finally flies up from my navel in his dream, borne by my hands. My son. (141)

“A night of vigil, fitful sleep, the child’s gentleness, hot mercury in my arms, caress, tenderness, defenseless body, his or mine, sheltered, protected.” (141)

[Maternity] along its borders destines us to experience a frenzied ecstasy to which by chance the nursling’s laugh responds in the sunlit ocean’s waters. What is the relationship between him and me? No relation, except that abundant laughter into which some sonorous, subtle, fluid identity collapses, gently carried by the waves. (146)

DE LA PARTE COGITATIVA

...maternal love[, that] love,  of  which  divine  love  will  be  no  more  than a not always convincing  derivative,  is  psychologically  perhaps  just a memory,  prior to  the  primary identifications  of  the  primitive shelter  that guaranteed the  survival of  the  newborn  child.  Logically  in  fact,  that  love  is  an  unfurling of  anguish at  the  very  moment  when  the identity of thought  and  the living  body  breaks  down.  When  the  possibilities of  communication are swept  away, the  last remaining  rampart  against  death  is the subtle  spectrum  of  auditory,  tactile,  and  visual  memories  that  precede language and reemerge in  its  absence.  Nothing could  be  more "normal"  than  that  a  maternal image should  establish  itself  on  the site  of  that tempered  anguish  known  as  love. (Stabat Mater 145)

The peculiarities of the maternal body make a woman a creature of folds, a catastrophe of being, that cannot be subsumed by the dialectics of the trinity or it’s supplements. (149)

the mental and physical suffering  associated with childbirth and, even more, with the self-denial implicit in making oneself anonymous in order to transmit social norms which one may disavow for oneself but which one must pass on to the child, whose education is a link to generations past. (149)


La reivindicación de Eva y la re-interpretación del papel de la mujer en el arte (musical) contemporánea
Esta canción, titulada simplemente, Eva (1989), es del músico cubano, Silvio Rodriguez. Presenta a la figura de Eva como una persona autónoma y determinada, que no quiere descuidar su rol maternal, pero al mismo tiempo, quiere ser activa e independiente y por lo tanto, niega a ser sumisiva e completamente dependiente de su marido. Rodríguez no critica a Eva; de hecho, proclama que, "el fruto es suyo con padre o sin él". Lo que es más interesante, es que, tampoco retrata a Adán como el marido que lamenta las acciones de su esposa rebelde. Canta al final que, "encoge hombros Adán". Por supuesto, la perspectiva de Rodriguez no es común a todos los artistas e intelectuales contemporáneos. De hecho, muchas de las ideas e imágenes de los siglos pasados se mantienen hoy día. Sin embargo, lo cierto es que hay una diversidad increíble de perspectivas que no existía antes, y esta canción forma parte de esta mezcla diversa.
Eva - Silvio Rodríguez
Eva no quiere ser para Adán
la paridora pagada con pan.
Eva prefiere también parir, 
pero después escoger donde ir. 
Por eso adquiere un semental 
y le da uso sin dudas normal. 
Eva cambió la señal.
 
Eva sale a cazar en celo 
Eva sale a buscar semillas 
Eva sale y remonta vuelo 
Eva deja de ser costilla 

Eva no intenta vestir de tul, 
Eva no cree en un príncipe azul. 
Eva no inventa falso papel 
el fruto es suyo con padre o sin él. 
Eva se enfrenta al que dirán 
firme al timón como buen capitán 
y encoge hombros Adán.
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